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Existen varios criterios acerca de las guías de estudio, según García Aretio (2014), una guía didáctica bien elaborada, debe de ser la motivación inicial para despertar el interés por la materia o asignatura correspondiente, debe de guiar y facilitar el aprendizaje, ayudar a comprender y en circunstancias lograr la aplicación de los conocimientos, así como lograr integrar todos los medios y recursos que se ofrecen al estudiante como apoyo para la adquisición de los núcleos del conocimiento.  

Las guías didácticas cumplirán una función orientadora de autoayuda, al centrarse en los estudiantes de forma tal, que su conocimiento y apropiación cognoscitiva, le permitirán desarrollar su propio saber, su propia estructura cognitiva. Las mismas cumplirán funciones de orientación, especificación de las tareas, autoayuda y apoyo al aprendizaje, oponiéndose al aprendizaje receptivo o pasivo que considera a la persona y los grupos como pizarras en blanco, en la que una función vital de la enseñanza, será vaciar o depositar conocimientos. 

La guía de estudio docente es considerada un instrumento al alcance del estudiante donde se deben ofrecer elementos informativos suficientes como para determinar qué es lo que se pretende que aprenda, cómo se va a hacer, bajo qué condiciones y cómo se va a ser evaluado, debe de confeccionarse con transparencia y ser comprensible.

 Las guías didácticas poseen tres objetivos principales, garantizar la integridad del plan de estudios de la carrera mediante la aportación de la asignatura a los objetivos del mismo, de acuerdo al encargo y condiciones dadas por el sistema de Educación Superior, debe de facilitar la coordinación vertical y horizontal con otras asignaturas, así como incluir cuanta información sea necesaria con una planificación integral que asegure una distribución razonable del trabajo del estudiante y una gestión óptima de los recursos, facilitando los procesos de mejora en el desarrollo de la asignatura. 

Saludos Dr. Joel Rondón